La actual telenovela brasileña "A través del tiempo" que transmite el Canal Cubavisión de la Televisión Cubana, nos cautiva por sus escenas costumbristas, una fotografía inmejorable y las formidables actuaciones de connotados actores y actrices cariocas.
Es un producto muy bien facturado con todos los recursos a que nos tiene acostumbrados la Red OGlobo.
La novela se desarrolla en dos periodos que distan siglo y medio. El momento actual cuyo argumento central es el amor entre la exnovicia Livia y el conde Felipe, se remonta al año 1865. Le seguirá otro cuyo escenario será el año 2015 y es cuando las almas de los personajes reencarnan en otros y tienen lugar conflictos entre ellos, incluyendo, claro está, el amor entre quienes antes eran Livia y Felipe, esta vez en una nueva circunstancia.
Esperemos no ser defraudados al final con esta novela que - a tenor del sentir y creer latinoamericanos - posee un componente de lo real-maravilloso, rayano en el absurdo algunas veces al extremo de tornarse surrealista.
Semanas atrás hubo un capítulo (lamento no recordar cuál) que atrajo mi atención en el orden de las precisiones históricas, algo que por mucha sobrevaloración que se le dé al argumento, no se debe descuidar ya que según mi punto de vista - aunque en dramaturgia todo o casi todo pudiera valer - al menos, en el aspecto histórico se debe ser exactos.
En el capítulo de marras, la escritora puso en boca del simpático personaje Máximo Pascualino, interpretado por Luis Alberto Melo, una muy breve alusión a los logros de un psicoanalista llamado Sigmund Freud (Austria, 1856 - Londres 1939). Y ahí está el detalle, pues si el argumento se desarrolla en 1865, ¿cómo es posible mencionar a Freud, si nació en 1856?
Que yo sepa la precocidad del padre del Psicoanálisis no fue tanta como para que a sus 9 años (edad que tenía en aquel momento de la trama) ya hubiese descubierto los postulados que le dieron la fama que llega hasta nuestros días.
Es una buena opción para el entretenimiento, pero cuidado con tomarlo todo al pie de la letra. La televidencia inteligente - lo mismo que en el caso de la lectura -, porque no todo lo que dice un libro es cierto por estar impreso, son necesarias en todo momento.
Disfrutemos de la novela, mas, no aceptemos como válidas todas las imprecisiones cronológicas que pueden confundirnos y deteriorar el conocimiento.